FERIA TAURINA DE MURCIA: MANZANARES 2ª PUERTA GRANDE EN LA FERIA DE MURCIA

Informa. - Pepe Castillo
LUNES 14 de Septiembre. FERIA DE MURCIA
PLAZA DE TOROS DE MURCIA (La Condomina)
ENTRADA; Más tres cuartos de plaza.
Toros del VENTORRILLO, hierro que debutaba en Murcia, nobles pero de juego deslucido, destacó el quinto.

ENRIQUE PONCE, Palmas y Una Oreja con aviso.
José María MANZANARES, Ovación con saludos y Dos Orejas
CAYETANO, Silencio y Palmas.

FERIA DE MURCIA, Tercer Festejo de Abono. Lunes 14 de septiembre, con Puerta Grande para MANZANARES.

Con fuerte lluvia en la primera parte del festejo, que hizo temer la suspensión. El buen drenaje del ruedo y un excelente equipo de servicio de plaza permitieron que el festejo se pudiera desarrollar con normalidad.

La corrida una de las estelares con tres toreros artistas: Enrique Ponce, Manzanares y Cayetano, con el interés añadido de presenciar un hierro de garantías que debutaba

en la Feria, El Ventorrillo. Los astados justos de presentación, fueron manejables, pero se apagaron pronto, y no fue a causa de la fuerte lluvia que cayó en La Condomina; al encierro de El Ventorrillo le faltó fuerza y fondo, tan solo el 5º, que para hacer buena la máxima, fue extraordinario, como sensacional y con hondura fue la faena que firmo Manzanares, y que rubricó con soberbia y fulminante estocada. Se premió con 2 orejas que se pidieron con mucha fuerza, y 2ª puerta grande de la feria. La faena de Manzanares a su primero mereció una oreja que se pidió y que el palco negó. Escuchó pitos la Autoridad.

Enrique Ponce tuvo pocas opciones en su primero (bis) silenciándose su actuación, fue devuelto el que abrió plaza al partirse el pitón izq. en su encuentro con el caballo. En su 2º, Ponce, sacó todo su magisterio y con ganas, que se le vieron, de hacer algo importante en Murcia, estuvo muy dispuesto con un astado de escasa rentabilidad. Se premió con una oreja.

Peor suerte tuvo en el sorteo el dinástico de ilustres

nombre y apellidos taurinos, ‘’Cayetano’’ ‘’Rivera’’ ‘’Ordóñez’’. Sus oponentes no le dieron opciones, pero sí dejó Cayetano la buena y agradable sensación de querer, y destellos de evidentes signos de artista valiente, que lo es. Con mejor material el resultado habría sido distinto. Se silenció en su primero y escuchó algunas palmas en el que cerró plaza.

Por cierto, una curiosidad, al margen: ¿que pensará un hombre al verse en permanente asedio de multitud de bellísimas damas, de esplendorosas primaveras y en algunos casos de generosísimos y espectaculares escotes?. Yo no lo sé. Le preguntaré a Cayetano.